Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.

Más información X Cerrar

el vidrio

Utilizamos generalmente la palabra cristal para referirnos de forma inapropiada a lo que deberíamos denominar vidrio, ya que el primero es un término que se utiliza en geología para hacer referencia a estructuras naturales extraordinariamente ordenadas, los minerales, mientras que el vidrio de distintos tipos que aparece en todos los ámbitos de nuestra vida es una sustancia desordenada (amorfa) a nivel molecular que se obtiene industrialmente en grandes hornos fundiendo a elevadas temperaturas, arena (óxido de silicio SiO2 comúnmente llamado sílice) a la cual se le agrega otros componentes (plomo, sodio, carbonatos, roca caliza, dolomita, restos de vidrio) en función de las características y la utilidad que se le vaya a dar al vidrio así obtenido.

El empleo generalizado del vidrio nos lleva, a veces, a olvidar su importancia en la civilización actual ya que lo utilizamos de muy diversas formas:

  • En construcción y arquitectura para fachadas, ventanales, puertas, galerías, escaparates, techos, suelos, barandillas, cubiertas, recintos deportivos, etc.
  • En decoración en forma de espejos, vidrieras, puertas de paso, centros de mesa o esculturas, puertas, estantes, lavabos, etc.
  • En nuestra vida diaria, en forma de vasos, platos, botellas, floreros, ceniceros, lámparas, puertas de hornos y otros objetos de menaje y ornamentación.
  • En la indrustria de la automoción

La omnipresencia del vidrio en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida provoca que no nos percatemos de la importancia que tiene y que lo convierte en uno de los productos insustituibles en el modo de vida de las sociedades modernas desarrolladas. Se puede decir que sin vidrio, una sociedad moderna no podría sostenerse.

De hecho, el hombre se ha servido del vidrio desde la más remota prehistoria. Los primeros utensilios que conocemos de la edad de piedra son de sílex (mineral negro de SiO2), cuarzo u obsidiana (vidrio volcánico), ello no tiene nada de particular si consideramos que el silicio, principal componente del vidrio, es el elemento químico más abundante en la naturaleza: nada menos que el 25% de la corteza terrestre es oxido de silicio (sílice).

También desde muy antiguo son utilizados como ornamentos los ópalos, ágatas, granates y cornalinas que son compuestos naturales de sílice que tienen la consideración de piedras preciosas.

No parece posible situar en el tiempo el inicio de la industria del vidrio. Se ha llegado a conjeturar que el hombre pudo descubrir el vidrio accidentalmente al hacer fuego sobre las arenas de las playas o en las orillas de algún río, pero no parece probable que una hoguera alcanzase la suficiente temperatura para producir ese efecto.

Más probable parece la idea de que la industria cerámica, investigando revestimientos vítreos, llegase a desarrollar la industria del vidrio. En todo caso la primera industria del vidrio que tenemos noticia se sitúa en Egipto hace 3.500 años. Se fabricaban pequeñas piezas de adorno personal que alcanzaban valores similares a las piedras preciosas.

Más tarde se comenzaron a fabricar pequeños tarros o vasijas, que con el pasar del tiempo se fueron convirtiendo en ampollas y recipientes más grandes y útiles. Se producían aplicando capas de vidrio fundido sobre un núcleo o molde de arena que después se extraía.

Así el uso y aplicaciones del vidrio han evolucionado desde la antigüedad hasta nuestros días siendo fundamentalmente el vidrio plano el núcleo de la actividad de cristalería VITRALBA.


Dreitec: Diseño y programación Web